¿Qué es el cáncer renal?
El cáncer renal supone el 2% de los cánceres malignos del adulto con una tasa de incidencia estimada de 4.5-11 casos por 100.000 habitantes y año. Afecta con mayor frecuencia a varones principalmente entre los 50 y 70 años.
El cáncer de riñón, llamado también hipernefroma, puede curarse con cirugía cuando está localizado en el riñón. Sin embargo si el tumor se ha extendido a otros lugares (metástasis), el pronóstico es muy desfavorable, aunque un pequeño porcentaje de pacientes pueden tener una lenta evolución durante varios años. El 25-30% de los pacientes diagnosticados de cáncer renal presenta evidencia de enfermedad metastásica (a distancia) en el momento en el que se establece el diagnóstico.
Riñón derecho extirpado y abierto por la mitad con tumoración en polo superior. Archivo personal del Dr. Gómez Pascual (año 2010)
No hay factores de riesgo aceptados para el carcinoma de células renales. Sin embargo, algunos datos epidemiológicos indican que el hábito tabáquico, la obesidad y la Hipertensión arterial. Así mismo una exposición continuada a ciertos metales pesados (cadmio) pueden favorecer el desarrollo de cáncer renal.
¿Cuáles suelen ser los síntomas del cáncer renal?
Inicialmente puede no producir síntomas. La mayor parte de los que se diagnostican lo hacen en el transcurso del estudio de otro tipo de problemas por los que consultó el paciente, a menudo digestivos en los que la petición de un TAC o ecografía descubre accidentalmente un tumor renal. Otras veces se manifiesta de la siguiente manera:
- Hematuria o presencia de sangre en la orina (40-60%). Si esta pérdida de sangre es muy intensa puede originar anemia. Su presencia obliga a descartar otros tumores del tracto genitourinario.
- Aparición de un bulto en el abdomen (30% de los casos)
- Dolor en zona lumbar (35-40%)
Evidentemente, estos síntomas no son exclusivos del tumor de riñón, sino que se dan también en enfermedades benignas, por ejemplo en cálculos renales o en infecciones del tracto urinario.
¿Cómo se diagnostica?
En principio, cualquier masa renal que capte contraste (yodo o gadolinio) se debe considerar un carcinoma renal mientras no se demuestre lo contrario.
- Análisis de sangre y orina: puede demostrar algunas alteraciones asociadas a esta enfermedad, como por ejemplo la anemia o alteración de la función renal.
- Ecografía renal: es una prueba no invasiva y por tanto inocua que se utiliza para ver la estructura y anormalidades del riñón y vías urinarias. Se utilizan ultrasonidos.
- Urografía intravenosa (UIV): son radiografías con un contraste urinario para ver si hay obstrucciones en el sistema excretor urinario (riñones, uréteres y vejiga) o invasión de la vía urinaria.
- Tomografía axial computerizada (TAC): Prueba de imagen de elección para el diagnóstico de esta enfermedad.
- Otros procedimientos diagnósticos adicionales (RMN, angiografía, punción-biopsia..) tienen un papel limitado, pero pueden ser considerados en casos seleccionados.
- La Resonancia magnética nuclear (RMN) será la técnica de imagen de elección en los siguientes casos:
– Alergia a contrastes yodados
– Insuficiencia renal
– Cuando el diagnóstico no es concluyente mediante TAC
– Para valorar extensión tumoral hacia vena renal y cava
TRATAMIENTO QUIRÚRGICO DEL CARCINOMA RENAL
El cáncer de riñón podría curarse con cirugía extirpando el riñón cuando el tumor está localizado (estadio I).
En estadios más avanzados de la enfermedad la cirugía puede ayudar a paliar los síntomas provocados por el tumor y en algunos pacientes con enfermedad metastásica en estadíos precoces se puede obtener una mayor supervivencia si se realiza una extirpación completa del tumor y de las metástasis.
En la operación puede que se extirpe solo el riñón (nefrectomía simple) o que sea necesario extirpar los tejidos adyacentes (nefrectomía radical). La nefrectomía radical conlleva la exéresis en bloque del riñón afecto por el tumor (ligadura de la arteria y vena renales como primer paso), conjuntamente con la grasa perirrenal, glándula suprarrenal y fascia de Gerota (extrafascial).
La cirugía es en la actualidad el único tratamiento con posibilidades curativas para el cáncer de células renales (CCR). Existen distintos procedimiento quirúrgicos: cirugía radical, cirugía de preservación renal, cirugía laparoscópica 3D HD o técnicas mínimamente invasivas.
Desde los años 80 se ha intentado minimizar la agresión quirúrgica y realizar una cirugía de preservación de órganos, siendo la urología una de las especialidades que mejor y más rápido están adoptando estos procedimiento conservadores.
Cada vez son más las cirugías electivas de preservación renal que se está realizando y esto es debido a varios motivos:
- Avances tecnológicos en el diagnóstico por imagen aumentando el número de cánceres renales descubiertos de manera incidental. El hecho de diagnosticar tumores asintomáticos se relaciona con tumores de menor tamaño, estadios más bajos y mejor pronóstico.
- Se hace necesario ahorrar masa renal debido a la mayor esperanza de vida y la necesidad de que los riñones se conserven hasta el final de la vida.
- El carácter benigno de muchas lesiones consideradas a priori malignas. Esto ocurre del 10 al 15% de las lesiones sólidas o mixtas que se diagnostican en el riñón.
En tumores pequeños y de bajo estadio, la cirugía de preservación renal (o nefrectomía parcial) aporta resultados similares a la nefrectomía radical. Es discutible su indicación por encima de los 75 años ya que no se ha visto un beneficio en cuanto a supervivencia respecto a la realización de una cirugía radical.